La vajilla del restaurante es uno de los elementos básicos más importantes de la puesta en escena gastronómica. Muchos negocios la subestiman y sirven su comida en un menaje común y sin ninguna estrategia, pero puede convertirse en una gran herramienta de atracción y fidelización de clientes si sabemos cómo sacarle el máximo provecho a platos, copas, cubiertos y el resto de elementos que disponemos en la mesa de nuestro restaurante.
En este post te señalamos los aspectos clave para elegir la mejor vajilla para tus comensales.
Nuestra primera recomendación es optar por platos cuyas formas y materiales faciliten la actividad, es decir, que sean:
Pero, sobre todo, es interesante que su tamaño se ajuste a los tamaños de la comida que se sirve y que esté en sintonía con el tipo de experiencia culinaria que ofrecemos.
Como adelantábamos al inicio, nuestra vajilla es un elemento destacado del marketing de nuestro restaurante, por eso es importante que elijamos una acorde al estilo y ambientación del restaurante, tanto en colores como en formas.
La parte estética es fundamental, pues nos permitirá que los platos llamen la atención entre nuestros clientes, mejorando así su experiencia gastronómica. Además, nos recordarán más fácilmente.
Es importante destacar que esa parte estética debe complementar la comida, es decir, la vajilla de nuestro restaurante no debe restar el protagonismo a la comida que servimos en ella.
Para conseguirlo, otra de nuestras recomendaciones es contar con algunas piezas más originales, para comidas o bebidas específicas, que se complemente con la vajilla general. También podemos tener saleros, pimenteros o ensaladeras con diseños sorprendentes, que aporten ese toque diferente a nuestro menaje.
Si contamos con algo más de presupuesto podemos crear conceptos para nuestra carta y tener una vajilla para cada momento de la velada. Un ejemplo sería el siguiente: una vajilla más sencilla y de pequeñas dimensiones para nuestros entrantes o tapas; otra vajilla que combine colores para los platos principales; y una vajilla más delicada y con formas más curvas para nuestros postres.
Además de tener en cuenta el equilibrio entre estética y funcionalidad, para seleccionar la mejor vajilla para las comidas de nuestro restaurante recomendamos contemplar el protocolo básico en la mesa. Los platos de entrada suelen servirse en vajillas más pequeñas y ligeras. Los platos principales, al ser la estrella del menú, requieren vajilla de mayor tamaño y, si los alimentos son más contundentes, podemos optar por bajoplatos, que protegen la mesa de la temperatura. Finalmente, los postres se sirven en platos más pequeños, que facilitan una presentación refinada y resaltan su delicadeza.
A partir de esos consejos básicos, y dependiendo de nuestra oferta gastronómica, debemos valorar los siguientes aspectos:
Materiales: para la cocina clásica puede ser más interesante optar por platos sencillos, de líneas suaves y colores claros o pastel, mientras que en restaurantes de fusión gastronómica podemos optar por la cerámica artesanal, gres, madera o pizarra. Estos materiales aportan texturas y sensaciones únicas que complementan la innovación gastronómica.
Con combinaciones de este tipo logramos que la vajilla se convierta en ese aliado de marketing, ensalzando y complementando la presentación de las comidas de nuestro restaurante.
Invertir en vajilla de alta calidad para nuestro restaurante es otro de los aspectos que marcan una gran diferencia en la experiencia del cliente y en la gestión de costes. La vajilla de materiales duraderos, como la porcelana o el gres de alta resistencia, no solo soporta un uso intensivo diario, sino que también es menos propensa a astillarse o romperse, lo que reduce significativamente los gastos de reemplazo a largo plazo.
La vajilla de calidad también impacta positivamente en la percepción del cliente. Platos bien diseñados, con acabados impecables, aportan una presentación visual más atractiva. En un entorno donde el aspecto visual de la comida es clave, como en redes sociales, nuestros platos pueden resaltar cada comida, haciéndola más apetitosa. Una vez más, vemos cómo la vajilla potencia el marketing de nuestro negocio.
Además, la vajilla es una extensión de nuestra marca. Al optar por diseños personalizados o acordes a la identidad del local, el restaurante refuerza su imagen y se diferencia de la competencia.