El maridaje, definido como el proceso de “casar” un alimento con una bebida, ha formado parte de la gastronomía desde siempre. Un buen vino siempre ha estado al lado de un buen plato. Sin embargo, un boom gastronómico está dando paso a una nueva forma de maridaje, que desafía lo clásico y las reglas hasta ahora establecidas. Una tendencia que está ayudando a los negocios en su fidelización de clientes.
Consiste en tener una oferta variada de bebidas alcohólicas para acompañar los platos de la carta y provocar una experiencia más completa. Además del vino, toman fuerza otros productos como la cerveza, el whisky, la ginebra, el ron y cócteles en general, que encasillados en el entretenimiento, ahora también son protagonistas en la mesa.
Una estrategia que, bien aplicada, puede ser un plus para diferenciar tu restaurante de la competencia y potenciar la fidelización de tus clientes, quienes vendrán a degustar ese salmón ahumado tan magnífico que hay en tu carta, y también vendrán atraídos por el cóctel de vodka que lo acompaña y está de muerte.
Son tantos los factores que influyen en el éxito de un maridaje, que en esta nueva etapa, están ganando la intuición y la creatividad a la hora de definir qué combina mejor con qué. Y es que cada producto tiene sus propiedades y limitaciones:
Lo que quiere decir que en la experimentación está la clave, aunque con algunas consideraciones básicas:
Lo importante es comprender que la función del maridaje es unir el disfrute de comer al disfrute de beber, para aumentar el grado de satisfacción de los clientes y lograr una fidelización a prueba de fuego. ¿Te han entrado ganas de brindar? Puedes hacerlo probando las siguientes propuestas de maridajes en tu oferta gastronómica. ¡Tus clientes lo celebrarán!
Como dijimos antes, es ideal combinar estos primeros bocados con bebidas más suaves como vinos rosados o blancos, cervezas ligeras o cócteles con poco grado alcohólico e intensidad, pues también abren el paladar para las bebidas con más cuerpo que vendrán después.
En la misma idea, los productos fritos o grasos, también calzan a la perfección con cerveza, ya que, como hemos dicho antes, ayudan a limpiar la capa grasa que se acumula en el paladar, creando una sensación más placentera. También hacen el mismo efecto, los cócteles secos y los vinos espumosos.
Esto explica por qué una cerveza es ideal combinarla con tapas fritas y el champán francés va a la perfección con un foie de pato, ya que su frescor equilibra el peso de este producto. Dos opciones muy atractivas para ofrecer en eventos afterwork, por ejemplo.
En este caso el vino no es una buena opción, porque sería una explosión de sabores donde ninguno destacaría. Van mejor los cócteles de poca graduación como los basados en Aperol por ejemplo, para que no invadan la predominancia del ajo.
Aquí entran en juego los vinos tintos gran reserva que maridan muy bien con platos de caza y guisos con tiempos de cocción mayores. Aunque también hay que tener cuidado para que la fuerza de ambos productos no acabe convirtiéndose en una bomba en el estómago. Dependerá de la fuerza del plato. También son una buena opción, las cervezas suaves así como el vino tinto de intensidad intermedia y los rosados más refrescantes.
La cerveza es la compañera ideal, pues hace el contraste a la acidez y la intensidad del ketchup, la mostaza u otras salsas que suelen acompañar a este producto. Por eso se ha hecho tendencia el maridaje de hamburguesas con cervezas.
Así lo hacen en la hamburguesería The Good Burger en Madrid, donde establecieron una alianza con una marca de cervezas, para ofrecer el maridaje perfecto con sus productos. De esta forma los clientes tienen ofertas de hamburguesa con cerveza por un precio único.
¿Chuletas de cerdo ahumadas? con una cerveza de cuerpo medio estarán genial. Los pescados azules o servidos con salsas marinadas pueden ir bien con un vino tinto joven y con un vino blanco afrutado y suave. En los países escandinavos, es tradición maridar el salmón ahumado con el vodka.
Una ensalada con aliños avinagrados o con mostaza, por ejemplo, combinan muy bien con cervezas ligeras para equilibrar el ácido de estos productos, así como una dorada espumosa hace un matrimonio perfecto con las pizzas con base de tomate. La cerveza es de las pocas bebidas que no compite con estos sabores tan fuertes. ¿Y a un buen escabeche? le va como anillo al dedo un cóctel con vodka, para darle cierto toque de dulzor.
En la misma idea, una tabla de embutidos fuertes como chorizo o salchichón picante, combinan mejor con cerveza, pues equilibra la intensidad de estos alimentos. También con vino blanco seco, que proporciona frescor. ¿Pescados con toques picantes? Un cóctel Margarita es perfecto, por su esencia de limón, o un clásico mojito, por su toque dulce y refrescante. Son combinaciones de sabores cruzados.
Como suelen ser platos de sabores fuertes, por la presencia de la soja y el wasabi, en principio van muy bien con cervezas de distintos cuerpos.
Como también predominan los sabores dulces y ácidos, el ron o cócteles a base de este licor, maridan estupendamente con un buen sashimi, pollo teriyaki, sushi de pescado crudo u otros platos con salsas agridulces.
En el mismo sentido, un gin tonic acompaña muy bien estos platos, pues el ácido del limón de la copa y lo refrescante de la tónica, se mezclan con el sabor salado de la soja y el sabor suave del arroz, haciendo un todo bastante armónico.
Maridan muy bien con la acidez y el peso de vinos dulces y afrutados, así como con el dulzor del tequila o el brandy, por ejemplo, que acompaña estupendamente a los postres cremosos o tipo natillas. Los postre de chocolate suave, van genial con vino blanco y ginebras afrutadas.
Por su parte, los postres más dulces e intensos, es mejor combinarlos con licores afrutados o con base de café, por ejemplo, ya que que con vino quedarían opacados por su acidez. Los postres de chocolate intenso, casan con cervezas negras, pues el amargor de ambos productos se complementan, así como los aromas. En estos casos es mejor evitar licores de alta graduación, porque no habría lugar para tanta intensidad.
Dato: En las catas que realices para encontrar las mejores bebidas para tu restaurante, incluye opciones de cervezas y cócteles sin alcohol, así como vinos ecológicos, para complacer a los comensales que optan por una alimentación más saludable.
Una vez que ya conoces las distintas formas de combinar tus platos, toca hacer una oferta para tus clientes pero, ¿qué hacer si tenéis que elegir entre varias opciones?
Imaginemos que vuestro equipo está indeciso entre dos bebidas para maridar con el plato de la casa. ¿Solución?
Preguntar a tus clientes potenciales.
Puedes hacer encuestas en tus redes sociales consultando cuál de las dos bebidas preferirían para combinar con un plato de esas características. Estas respuestas se acercarán bastante a los gustos de tus clientes. También puedes colocar en la carta algo como: “Maridaje elegido por nuestros clientes”, lo cual tendrá un efecto de marketing importante.
Otra forma de conocer estos gustos, es contar con un software de gestión y una base de datos, que te permita registrar las preferencias de tus clientes. Analizando esta información, podrías detectar cuáles son las bebidas alcohólicas más pedidas e incluso podrías sorprenderte al encontrar que el cava, por ejemplo, tiene suficientes adeptos como para incluirlo en tus maridajes y vender mejor tus platos.
Quiero tener una base de datos para saber las bebidas que más piden mis clientes
En definitiva, no sólo el vino puede maridar con tus recetas, hay un abanico infinito de posibilidades en otros productos, que podrían ayudarte a fidelizar mejor a tus clientes y a mejorar la calidad y la reputación de tu negocio. Alcemos las copas y que así sea. ¡Salud!