14 preguntas que hacen los clientes a los camareros y cómo responderlas

Publicado en 20.11.2018 - Última actualización 20.11.2018
ElTenedor preguntas camareros restaurantes cómo responderlas
Tabla de contenidos
  1. ¿Cuál es la contraseña del WiFi?
  2. ¿Cuál es tu plato favorito?
  3. ¿Este plato me llenará? o ¿Es lo suficientemente grande para compartir?
  4. ¿Puedo comer este plato si soy alérgic@?
  5. ¿Tenéis platos sin gluten?
  6. ¿Cuál es el origen de estos vegetales?
  7. ¿Qué tipo de vinos o cervezas tenéis?
  8. ¿Puedo cambiar esto en mi menú?
  9. ¿Me cobraréis de más?
  10. ¿Es muy picante?
  11. ¿Cómo se prepara este plato?
  12. ¿Cuándo llegará mi comida?
  13. ¿Por qué hay un pelo en mi plato?
  14. ¿Me lo puedes poner para llevar?

¿Cuántas preguntas hacen los clientes a l@s camarer@s del restaurante durante un servicio? Suficientes como para necesitar tener respuestas asertivas, si queremos ganarnos su fidelización. La buena noticia es que hay situaciones que se repiten una y otra vez en la sala, y que generan dudas que también se repiten una y otra vez entre los clientes. Si las detectamos y analizamos, podemos establecer un protocolo de respuesta que el equipo domine perfectamente y lograr un servicio impecable.

Aquí tienes las preguntas que los clientes hacen a l@s camarer@s del restaurante con mayor frecuencia y nuestra propuesta para responderlas. Porque además de tratarlos con respeto, amabilidad y con una sonrisa, también hay que tener una estrategia. ¡Toma nota!

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¿Cuál es la contraseña del WiFi?

Ésta será con seguridad la primera pregunta que hagan muchos clientes al camarero al llegar al restaurante. Es ideal que sea una contraseña fácil de recordar y de escribir, ya que hará las cosas más fáciles para ambas partes. En algunos restaurantes tienen carteles visibles con esta información, tanto en la decoración como en las mesas.

Por otro lado, la creciente tendencia en restaurantes es tener wifi social, así los clientes pueden buscar directamente el nombre de la red en sus smartphones y a cambio de algunos datos, tener la conexión gratuita. En cualquiera de los dos casos, la mejor manera de responder a esta pregunta sería que el/la camarer@ conozca esta información, la red y la contraseña, la comunique amablemente y se asegure de que el cliente ha podido conectarse.  Esto también evitará que lo vuelvan a preguntar.

¿Cuál es tu plato favorito?

Ante esta pregunta lo mejor es que el/la camarer@ responda con naturalidad y honestidad, y describa de forma suculenta sus platos o bebidas favoritas, pues denota que es un ser humano y que también disfruta de la comida del restaurante. El problema con esta pregunta es que el cliente está esperando una recomendación que realmente le encante, y es un riesgo pues los gustos de ambos pueden no coincidir. El camarero puede entonces, preguntarle abiertamente qué le provoca comer y en función de eso recomendar los platos y bebidas estrella que más le gustan, que son populares y que con seguridad complacerán al cliente.

¿Este plato me llenará? o ¿Es lo suficientemente grande para compartir?

Es bastante común que los clientes duden de las cantidades de las comidas y si serán suficientes para quedar satisfechos. Lo ideal es que el/la camarer@ se tome el tiempo de preguntarles abiertamente cuánto apetito tienen, o cuántas personas van a picar del mismo plato, y en función de ello pueda hacer su recomendación.

También es necesario que el personal conozca al detalle toda la carta, y pueda proponer algunos platos más pequeños que puedan combinar y completar las raciones. Lo importante es comprender la necesidad del cliente y que se note su interés porque el comensal salga feliz del restaurante y no con hambre.

¿Puedo comer este plato si soy alérgic@?

Para responder a esta pregunta, lo más lógico es que por un lado esté la información de alérgenos de cada plato en la carta y por supuesto que el/la camarer@ lo sepa y pueda comunicarlo con seguridad. También puede preguntar al cliente si tiene algún tipo de alergia al comienzo del servicio, lo cual podría evitar problemas a la hora de pedir los platos. Con este tema, es necesario que el equipo tenga una actitud seria y que transmita confianza a los clientes, ya que se trata de su salud.

¿Tenéis platos sin gluten?

Una pregunta cada vez más actual es la de los clientes que buscan alternativas gastronómicas sin gluten, o bien porque son celíacos o porque buscan cuidar su alimentación.

Para responderla hay que hacerlo con la mayor transparencia posible, indicando por un lado si el restaurante está preparado y realiza sus propios platos sin este alérgeno o si cuenta con algún producto comprado que venga precintado y que es servido con las normas necesarias para evitar la contaminación cruzada. En caso contrario, el/la camarer@ puede consultar al comensal qué productos puede comer con mayor seguridad y ofrecerle alguna alternativa.

¿Cuál es el origen de estos vegetales?

Con la tendencia saludable, son cada vez más los clientes que quieren saber el origen de los productos que comen, si el restaurante tiene huerto propio, si utilizan  proveedores de cercanía, de dónde traen sus ingredientes, si son orgánicos, etc. El personal de sala ya no debería extrañarse con estas preguntas, por lo que es ideal responderlas también con naturalidad y con la información precisa de la procedencia de esos vegetales o frutas o pollo (si es de corral). Y si no es el caso, porque el restaurante no sigue esta línea, el personal puede indicar que no utiliza alimentos de cercanía pero que seleccionan muy bien la calidad de sus productos.

¿Qué tipo de vinos o cervezas tenéis?

Aunque el cliente encontrará la lista de bebidas detallada en la carta, es bastante posible que pregunte igualmente al camarero por los tipos de productos que tienen. Aquí de nuevo es esencial que el personal pregunte al cliente sobre lo que le apetece en ese momento, algo refrescante, amargo, intenso, dulce, suave, y de esta manera poder hacerle una recomendación directa adaptada a su descripción, pues lo que suele suceder es que después de tomarse un largo tiempo para mirar toda la lista de cervezas por ejemplo, el cliente acabe pidiendo la más comercial.

¿Puedo cambiar esto en mi menú?

Otra de las peticiones frecuentes son los cambios en la comida. Lo importante es que el personal sepa perfectamente qué tipo de cambios se pueden hacer y cuáles no, para poder responder con seguridad y amabilidad. Por lo general si se trata de cambios sencillos como cambiar unos vegetales por unas patatas de acompañante, o no poner azúcar a alguna bebida, será sencillo de responder.

Sin embargo, si el cliente nos pidiera algo que no es posible realizar, también tenemos que tener un az bajo la manga. Si nos pide hornear un pollo por ejemplo, cuya receta original es frito y es complicado para nuestra cocina, el/la camarer@ puede ofrecerle otros platos parecidos que sean horneados y hacer la venta.

¿Me cobraréis de más?

Cuando los clientes quieren adaptar los platos a sus preferencias e incluir algún ingrediente extra por ejemplo, seguramente querrán saber si se les cobrará más. Sí, es sencillo, el camarero responderá que sí o que no según el caso.

Lo cierto es que hay que tener también una buena actitud para responder a esta pregunta, para que el cliente no interprete que el restaurante quiere cobrarle de más, sino que valdrá la pena pagar ese extra para mejorar su experiencia y por qué se le cobra.

¿Es muy picante?

Una cualidad difícil de medir es el nivel de picante de un plato. Para los clientes amantes del picante no suele ser un problema, ya que mientras más mejor. Sin embargo la gran mayoría de clientes, podrían sentirse curiosos de probar un plato picante, pero necesitarán asegurarse de que no les explotará la boca y que arruinarán su experiencia. Una opción de respuesta es ofrecerle al cliente probar alguna salsa picante que se tenga a mano y según esto darle una referencia del plato. Por supuesto es imprescindible que el/la camarer@ lo haya probado previamente y conozca su nivel de intensidad.

¿Cómo se prepara este plato?

Aunque la preparación de los platos es más un tema de la cocina, el personal de la sala tiene que conocer también esta información, haber presenciado la preparación de cada comida, e incluso saber por qué las recetas se realizan de esta manera, qué beneficios dan a la comida los tipo de cocción, de qué manera ayuda en el sabor y la calidad la forma en que son servidos, y demás curiosidades. Con esta pregunta el/la camarer@ tiene una oportunidad de oro para lucirse, dando una respuesta completa. También es una buena forma de fidelización, pues los clientes tendrán ese plus de información que no encontrarán en la competencia.

¿Cuándo llegará mi comida?

Otra pregunta que alguna veces sorprende al equipo es el tiempo que falta para que llegue la comida a la mesa. Tiene sentido cuando realmente ha habido un retraso, pero algunos clientes pueden ser muy delicados con esto y preguntarlo antes de tiempo o de forma insistente.

Lo primero será responderles con paciencia y darles a entender que su pedido no está siendo retrasado a propósito, sino que tiene un tiempo de preparación. Lo segundo es comprobar en la cocina el estatus del plato para poder informarle honestamente al cliente de cualquier demora. Y lo tercero, en el caso de que haya un retraso real, ofrecerle disculpas, explicarle bien lo que ocurre y compensarlo con algún producto para picar mientras esperan.

¿Por qué hay un pelo en mi plato?

Los errores en restauración están a la orden del día, por lo que puede suceder que algún plato llegue frío a la mesa o que directamente haya un pelo. Una situación así de vergonzosa es ideal solucionarla con transparencia y creatividad.  Dar disculpas, sin exagerar ni quedarnos en el drama, y posteriormente ofrecer un incentivo lo suficientemente apetitoso como para hacerle olvidar al cliente lo que ha pasado. Si la falta es grave, el/la camarer@ puede ofrecerle cambiarle el plato por otro mejor y no cobrarlo, invitarle una bebida o , por ejemplo. La clave aquí es mantener la calma y tratar la situación con normalidad para quitarle leña al fuego.

¿Me lo puedes poner para llevar?

Algunos clientes quieren llevarse a casa una porción mínima que les ha quedado en el plato. Para algun@s camarer@s puede ser extraño querer llevarse tan poco, pero lo cierto es que los clientes tienen sus manías, y dentro de lo razonable el restaurante puede complacerlas. Ante esta pregunta lo mejor es que el/la camarer@ no muestre extrañeza y con naturalidad le responda afirmativamente, entendiendo su petición, y entregando al cliente su pequeño paquete para llevar.

A esta lista podríamos agregarle muchas más preguntas que los clientes hacen a l@s camarer@s de los restaurantes. ¿Te has sentido identificad@ con alguna? ¿Las respondéis bien en tu negocio? Esperamos que así sea y que vuestros clientes dejen buenas opiniones de vuestra atención. ¡Es la mejor forma de destacar de la competencia!

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